martes, 24 de diciembre de 2013

Y será tu culpa por la que filosofo sobre los cambios.

Un cigarro, dos cafés, tres parpadeos y cuatro pensamientos que empiezan por tu nombre. Cinco las veces que hablamos de cambio y otras seis las que mentimos. Siete la hora que marca mi reloj desvelado y ocho las veces que te diré que tus esquemas cambiaron los míos. Nueve la hora en la que me levanto para empezar a pensar como ser feliz si estas a mi lado, diez las veces que ya no estás.

Y será tu culpa por la que filosofo sobre los cambios, sobre el pasado y sobre aquellas cosas que jamás haremos, o sobre cuando decidimos cambiar y porque lo hacemos. 
Hoy filosofaré por todas aquellas teorías que creíamos poco ciertas y eran verdad.  Intentare dar una explicación a porque nuestro pasado nunca desaparece, o si las actitudes cambian por un simple hecho o son un cumulo de circunstancias el resultado de ese cambio. 


¿Habrá pensamientos que nos lleven a la conclusión de que estamos condenados a vivir sujetos a nuestro pasado y que sin querer ese mismo pasado nos sirve como pasaporte para el futuro? 

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