Él la miraba de reojo. Sabía que si la miraba de
frente le darían ganas de bajarla.
Se parecía.
Se parecía tanto.
Se parecía tanto a ella.
Que el día de luna llena tentado por su luz se subió
al más alto de sus miedos.
Sus ilusiones.
Se subió y vio que en realidad no era como ella.
Ella era más ...
Ella era más.
Mucho más.
Ella ya parecía caída del cielo.
Ella ya parecía caída.
Ella ya.
Y él tan lléname de nuevo.
Mario Carrion
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