domingo, 21 de septiembre de 2014

Soy tu segundo plato, el primero es ese miedo.

Me dueles. Como si llovieras siempre dentro de mi. Y se me pierden los sentimientos de tanto apostar al par de tus ojos. Esos que ya apuntan hacia otro lado. Mira que cuando me decían que huyese mi única respuesta era que merecía la alegría quedarse, pero hace tiempo que no la veo pasear por aquí. Que lo único que me invade es eso que nos prometimos quitar: las penas. Y que hijas de puta como me pisan los pies y se quedan para ver como me desangro de sueños.

Yo ya sabía a que venías, pero me dio por cerrar los ojos bien fuerte y sólo abrirlos cuando te tenía a dos susurros de mi. Y eso fue tan ridículo como la creencia de que quien lleva esa mirada cansada a cuestas la va a soltar en sólo unos labios.

Llevas varios amores de huida y claro a mi cuando me llamas mareada, lo veo normal llevas años dando vueltas sobre el mismo círculo.
Lo siento, pero eres cobarde y presumes de valentía mientras esperas ver descarrilar un tren lleno de intenciones.

He llegado a la conclusión de que soy tu segundo plato el primero es ese miedo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Te gusta lo que lees? Me gustaría saber las opiniones de todos aquellos que lleguen hasta aquí, y lean mis líneas.

Muchas gracias por tu opinión