miércoles, 7 de enero de 2015

Me duele

De normal me paso todo el día riendo, haciendo el idiota e intentando ser el mejor en cada cosa que hago, pero a veces me pongo triste me duele la vida, el mundo y las manos de señalar a los tontos que miran el dedo y no a quien provoca las injusticias.

No soy más que un caos emocional. Irracional y desesperado. Porque violentos no somos los que cuestionan las normas, sino quien provoca las desigualdades sociales y no te deja denunciarlas con sus leyes mordazas.

Me duele la vida que le han arrebatado a quien luchaba a favor de cambiar las cosas.

Me duele la guerra de un país que probablemente jamás pisaré y es que “pienso que nunca podréis ver la parte bonita del mundo si cerráis los ojos cuando veis la mala"

Me duelen terriblemente los labios de esas personas que callan todas esas cosas que quieren gritar pero por miedo a tener razón y no gustar a quien les atormenta con su gobierno lleno de medidas opresoras optan por el maldito silencio.

Me duele el pecho por todas esas flores que junto al cadáver de recuerdos se marchitaron sin una sola mención a quien pago con la muerte el pensar diferente.

Me duelen las mentiras y el que ya no sea el amor el que mueva el mundo; sino la corrupción, el dinero y el ansia de poder envenenado por todos esos cómplices que solo miran.

Me duele la fe de quien la impone ante el resto y se cree con la potestad absoluta de la verdad y de decidir sobre el cuerpo y las conductas de los demás. Ojala en la otra vida sigan siendo igual de infelices pero sin jodernos. Ya que a veces es literalmente.

Me duele crecer en una generación de degeneración y autodestrucción. De ser los más preparados y los que más vuelos cogemos para marcharnos. Fuga de cerebros lo llaman los periodistas, movilidad exterior lo llama nuestra querida ministra y sepultar a toda una generación de personas brillantes lo llamo yo.  

Me duele que la gente ya ni se conmueva al ver llorar a alguien. Que la marca España, sea literalmente eso, un estigma de todas esas personas que hoy duermen en la calle habiendo pisos vacíos pagados con nuestros impuestos.

Me duele que no luchemos por cambiar las cosas. Pero lo que más me duele es tener que ver día a día el conformismo barato de algunas “personas”.


Mario Carrión y Ángela Monzón

6 comentarios:

  1. Y a mi me duele la verdad de tus palabras.

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    1. Ojala solo doliesen las palabras y no los hechos.
      Gracias por leerme.

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  2. Casi tengo que parar de leerlo en voz alta. Las palabras tambalean mi voz y la verdad se clava haciendo pedir el rescate en cada silencio.

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    1. Yo es de los textos que cuando recito más alzo la voz.
      Me alegro de que te tocase por dentro!!!
      Un abrazo de los que no duelen.

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  3. Es un texto que expresa sentimientos profundos, donde el alma , gime, goza se conmueve.Gracias por compartir Mario.

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    1. Gracias a ti por cruzarte en mi camino y ser un ejemplo!!!
      Un abrazo enorme, espero verte pronto.

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