lunes, 1 de diciembre de 2014

Resiliencia.

Como cuando le dices a alguien que te quedarías a vivir en sus ojos, los cierra...
Y no huyes.

Te vuelves la persona más ilusa del mundo, haces una lista con todas las posibilidades de que los cerrase por otra causa, para así aferrarte a que no lo hiciese por miedo a arriesgar y sonríes entre lágrimas, pensando en lo idiota que somos los humanos cuando no queremos reconocer algo.
 
Pero allí estoy, otro día más, esperando, lleno de frió y ojalá fuese solo por la meteorología y no porque he decidido después de varias noches sin dormir en la misma cama, que es la hora de aplicar todo aquello que me ha marcado. 

Resiliencia le digo, Resiliencia le repito, Resiliencia le enseñó.
Y me voy, me estoy adaptando al cambio de dejarme llevar allí donde me quieren. De verdad.

@DesnudaFuturos

3 comentarios:

  1. Es así de triste, nos cerramos la puerta de la felicidad por miedo a que nos hagan daño, cuando a la larga ese "Y si..." puede ser más doloroso...
    Muy bonitas palabras.
    Un saludo!

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  2. El miedo a sentir es el miedo más extendido en el ser humano. Resiliencia que gran palabra.

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  3. No conocía tu blog pero me quedo.
    También yo soy de las que le da miedo a arriesgar pero reconozco que hay que hacerlo para poder conocer algo de la vida.
    Un beso.

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