jueves, 25 de junio de 2015

Tengo sueños a todas horas.

Tengo sueños a todas horas. Sobre todo en las que tú te quedas a parar el reloj los Lunes en mi pecho.

Te pedi que te convirtieras en libro y me dejases leer sobre tu piel todas las heridas y alegrías que te han dado.

Decidiste entonces contarme media vida sin ropa en el sillón. Y puedo decir que no es una metáfora si afirmó que te desnudaste como nunca conmigo. Que ese día te vi preciosa mientras me contabas entre lágrimas que el destino en ocasiones no fue nada justo contigo, y es que cualquiera lo diría. Hacia tanto que no venia una persona tan feliz a mi vida que estaba empezando a asustarme.

Supongo que cuando quieres y admiras mucho a la persona con la que compartes tus días siempre te viene a la cabeza eso de que no te mereces tanto, que es mucho para ti o que has hecho tú para tener cerca a una persona tan bonita.

Y digo supongo porque a mi me pasa desde que has llegado con ganas de aguantarme.

PD: Yo me quiero mucho a mi mismo. Por eso quiero estar contigo desde que me dejaste conocerte.