domingo, 24 de agosto de 2014

Tenia las fuerzas ocupadas. Siempre. En mi.

Después de aquella resaca protagonizada por ti, de aquel laberinto que vivimos ambos debajo de la luna, que siempre estaba pendiente de nuestros pasos.
Después de todo eso, ella sigue siendo la única que sabe que tú te diste la vuelta al irte, por si yo también lo hacía. Pero lo siento, tenía las fuerzas ocupadas en no salir corriendo. Siempre me dijeron que es lo que busca la gente que huye, que el que corra sea el otro. No quería darte el placer de que te quedases con la sensación de que el que me iba era yo.
La luna también sabe que una vez pudimos dar en vano cariño a otras personas, pero que ninguna alumbraba como cuando nos mirábamos a oscuras.

Ese día pensé que lo malo de las segundas oportunidades es que siempre las amarga el sabor de la primera, si en aquel laberinto hubiésemos utilizado la ilusión como brújula, la esperanza como paracaídas y la luz de la luna como guía y no como arma para deslumbrarnos ,quizá, solo quizá, las heridas serian menos graves , la ceguera solo seria parcial y ese pensamiento volaría lejos de mi, como cualquier ave que emigra y está cansada de que los molinos de viento la interrumpan al volar. Eso fuiste siempre. Un puto molino de viento. Jodiendo el paisaje, impidiendo vuelos y creando la menor energía posible si nadie te empuja.

sábado, 16 de agosto de 2014

Solo. Son noches.

“Que hay Sábados que salgo. Bebo. A ratos recuerdos. Y a trozos me quedo. Literalmente.
Vuelvo a beber. Beso a cualquiera que me diga que se queda un rato más en mis ojos, pero si los cierro h(d)uele como tú. Y que putada antes sólo me hacía falta abrirlos para saber que todo esto era real. Ahora solo me apetece cerrarlos si la que me mira no eres tú.
Ya no me preocupa que los domingos me sigan (d)oliendo a ti, ahora lo que me agobia es levantarme los viernes y seguir tumbado por dentro desde el Lunes”


@DesnudaFuturos

miércoles, 13 de agosto de 2014

Aeropuertos.

"La última vez que fui a un aeropuerto fue para viajar a una cama y bueno allí siempre voy con sobrecarga. De sueños por conseguir deshacer las maletas de miedos.

Cuando llego a los aeropuertos me pasa igual que con la vida, nunca se donde está la salida ni si tú has llegado a pensar como sería la tuya. Conmigo.

Siempre decimos que no entraremos de donde no sepamos salir, pero acaso cuando nos miramos ¿no es justo lo que queremos?  Entrar y no saber salir. Salir y querer volver a entrar.

Que ridícula me pareció siempre la idea de querer ser previsores, cuando aquí lo único seguro es que todo se retrasa, que nadie vuela sabiendo a que hora llegará donde brillan menos los insomnios.

Donde el gris y el negro solo son colores que aparecen en las películas de miedo. Que allí donde queremos llegar es impensable que alguien te pinte colores tristes, y así nos pasa que por darnos un golpe ya no vemos colores"



Foto: Paula M. Rivas